Cada país tiene su sistema normativo para intentar regular en la Sociedad de la Información, ya que las nuevas tecnologías como son los teléfonos móviles, iphone, iphad, etc…han provocado un gran cambio en nuestras vidas y no nos hemos parado a pensar que estos avances nos afectan de manera tanto directa e indirecta. No solo sobre nuestro bienestar, sino de manera incisiva sobre nuestra economía y ante todo sobre nuestros derechos como ciudadanos y usuarios. Este cambio tan brusco en la sociedad al convertirse en algo tan “globalizado” ha ocasionado que se complique en exceso establecer unas nuevas reglas del juego.
Regular la sociedad de la información ¿el ciberespacio ha saturado a los gobiernos?
Actualmente, estamos ante la Era de la Información lo que ha provocado que la sociedad, tal y como la conocíamos hasta ahora, se haya transformado en la Sociedad de la Información o del Conocimiento. Se supone que las nuevas tecnologías han traído consigo progreso y comodidades, pero también hacen a los gobiernos replantearse los riesgos y amenazas a la seguridad, ya que los Estados se han visto superados por las tecnologías de la información porque no existen fronteras.
Este nuevo marco está constituido por una serie de características que da lugar a nuevas prácticas y derechos que sirven para proteger las comunicaciones en el espacio y, en consecuencia, la privacidad de nuestras vidas. Las nuevas tecnologías abarcan un gran ámbito de secciones y actividades que tienen poco en común y a la hora de elaborar normas, se tiene que tener en cuenta que su tratamiento es complejo. Ya que, cada país tiene su propio sistema normativo lo que obliga, muchas veces, a basar las interacciones más en las buenas formas que en una normativa concreta y determinada.
Esta situación hace que la propia sociedad demande que se regularicen las posibles situaciones que puedan generarse con el uso habitual de las nuevas tecnologías. Pero, debido a la pluralidad de gobiernos que deben participar en la regulación jurídica de las nuevas tecnologías y la complejidad a la hora de reunir criterios, se ha optado por legislaciones particulares o por la autorregulación manifestada en los códigos de conducta, y derivada del funcionamiento libre del mercado.
En la red está «permitido» un gran abanico de actividades que van desde lo decente a lo perverso. Por esta razón, los términos como ciberdelincuencia están cada vez más en boca de todos. Y ante este problema, la regularidad no es fácil debido a la ausencia de fronteras en la red y la dificultad de la identificación.
Por lo tanto, dado que la normativa respecto a Internet es particular y difusa, se suele hablar de buenas maneras a practicar en el uso de la red para la protección, como son:
- El uso de las TIC no es para dañar a nadie ni para causar perjuicios.
- Hay que respetar la información que es de otras personas.
- No se puede robar a través de la red.
- No se debe utilizar Internet para dar falsos testimonios, calumnias u otras informaciones que dañen el prestigio o la honra de otras personas.
- No se debe usar, copiar, ceder ni aceptar software por el que no se ha pagado o por el que no se cuente con permiso explícito y detallado de autores o propietarios.
- Nadie puede apropiarse del trabajo intelectual ni de la creación de otras personas.
- Se tiene que ser consciente de las consecuencias sociales sobre lo que se escribe o de lo que se crea, antes de su publicación.
- Y, por último, se tiene que utilizar Internet con consideración y respeto hacia los demás.
Visto esto ¿Es Internet un espacio que evoluciona rápidamente sin tiempo a reaccionar?
